jueves, 26 de marzo de 2009

LEYENDA ARABE_1


Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.

El otro ofendido, sin nada que decir escribió en la arena:"Hoy mi amigo me dio una bofetada en el rostro."

Siguieron adelante y llegaron a otro oasis donde decidieron bajarse.

El que había sido lastimado y abofeteado comenzó a ahogarse, siendo salvado por su amigo.

Al recobrarse tomó un estilete y escribió en una piedra:"Hoy mi amigo me salvo la vida"

Intrigado el amigo pregunto:¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en la piedra?

Sonriendo el otro contestó:

"Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos de escribir donde el viento del olvido y el perdón se encargaran de borrarlo y apagarlo. Por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde viento ninguno en todo mundo podrá borrarlo"

LA ABEJA BELLA


Aquella colmena estaba en un lugar seguro y estratégico a la vez. Situada en la hendidura un barranco casi vertical, a más de cincuenta metros del suelo, orientado hacia el sur, en un pequeño recodo del río, estaba resguardada de vientos, lluvias y depredadores. Los alrededores eran una dehesa con multitud de encinas y plantas aromáticas.

En la colmena, la vida transcurría de forma segura pero era un hervidero de trabajo. Las obreras transportaban polen y néctar de diversas flores que era necesario procesar y almacenar. Luego había que cuidar de la reina, transportar sus huevos a las celdas y alimentar a las larvas. Por último había que construir continuamente nuevos panales para sustituir a los que, por el uso se dañaban.
Un día nació una abeja obrera, una más del centenar diario, pero esta tenía algo de especial: había nacido sin alas. Las obreras la verla avisaron a la reina y le propusieron expulsarla de la colmena al considerarla un monstruo. Pero la reina desechó la idea, se acercaba el otoño y todas las manos eran pocas para prepararse para el crudo invierno. Y la asignó al departamento de construcción. Y allí Bella, que así se llamaba, se aplicó a su trabajo por la recompensa de una bolita de miel al día.
Pasaron los días y se acostumbró al duro trabajo procesando la cera que le traían y haciendo panales nuevos o reconstruyendo los antiguos.

Un día, reflexionando, se dio cuenta que la construcción de paneles, de celdas circulares y por una cara desperdiciaba mucho espacio entre celdas y no aprovechaba el espacio de la enorme oquedad de la colmena. Esto traía además poca protección frente a los insectos agresores y a variación de la temperatura que en aquel lugar era muy grande.

Y entonces se le ocurrió hacer celdas hexagonales, porque no dejaban espacio entre ellas con lo que ganaba espacio y evitaba huecos muertos donde pudiesen albergarse parásitos. Además hizo panales por ambas caras y los apiló en bandas separadas por espacios sujetos por columnas de cera dura. De esa forma aprovechó mejor el espacio y consiguió una temperatura muy estable en la colmena. Sus compañeras al ver la obra se pusieron a imitarla. El resultado fue pasar un invierno menos frío y con mas alimento almacenado por lo que la colmena en la siguiente primavera creció tanto que nacieron nuevas reinas que en sendos enjambres salieron en busca de nuevos lugares para vivir.

Nunca volvió a nacer una abeja sin alas, pero cuando nace una “especial” todas las demás la cuidan y quieren porque sabe que algo muy importante y diferente aportará a la comunidad.
Bueno pues ahora sabéis el porqué de los panales con celdas hexagonales.

martes, 24 de marzo de 2009

CARTA DE UN SUICIDA

Junto al cadáver de un suicida se encontró una carta dirigida al Sr. Juez, en los siguientes términos:

"No culpe a nadie de mi muerte, me quito la vida porque dos días más que viviese no sabría quién soy en este mar de lágrimas.

Verá usted Sr. Juez. Tuve la desgracia de casarme con una viuda, ésta tenía una hija, de haberlo sabido, nunca lo hubiera hecho.

Mi padre, para mayor desgracia era viudo, se enamoró y se casó con la hija de mi mujer, de manera que mi mujer era suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madre y mi padre al mismo tiempo era mi yerno.

Al poco tiempo mi madrastra trajo al mundo un varón, que era mi hermano, pero era nieto de mi mujer de manera que yo era abuelo de mi hermano.

Con el correr del tiempo mi mujer trajo al mundo un varón que como era hermano de mi madre era cuñado de mi padre y tío de sus hijos.

Mi mujer era suegra de su hija, yo soy, en cambio padre de mi madre, y mi padre y su mujer son mis hijos; además, yo soy mi propio abuelo.

”Sr. Juez: Me despido del mundo porque no sé quien soy".

Afectuosamente,

El cadáver.

NOTA._ Espero que esta "entrada" os haya hecho reflexionar y sonreir unos minutos.

lunes, 23 de marzo de 2009

LA GLOBALIZACIÓN

Para aquellos de vosotros que todavía no tenéis muy claro eso de LA GLOBALIZACIÓN. Espero que este pequeño relato os saque de dudas...

Estaba un hombre dando de pastar a su rebaño de ovejas, cuando de repente aparece un 4x4 último modelo y totalmente reluciente por el inhóspito camino que conduce hasta donde se encuentra. Se detiene frente al pastor y del vehículo se baja un joven que apenas tendría 30 años. Traje negro, camisa blanca "Hugo Boss" y zapatos "DKNY"; se acerca al hombre y le dice:

-"Buenos días, buen hombre. Señor si yo le adivino cuántas ovejas tiene usted en su rebaño, ¿me regalaría una?"

El pastor responde con algo de asombro:
-"Sí, cómo no."

Entonces el joven vuelve a su 4x4 y saca un ordenador portátil HP NX6110 Pentium IV a 1.5Ghz con 256 MB de RAM. se conecta a la Red de Redes, baja una base de datos de 300 MB. Entra a una página de la NASA, mediante un satélite identifica la zona exacta de donde está el rebaño, calcula el promedio histórico del tamaño de una oveja tipo "Merino" mediante una tabla dinámica de Excel y, con la ejecución de algunas Macros personalizadas en Visual Basic, logra completar el diagrama de flujo. Al cabo de diez minutos le responde al pastor:

-"Usted tiene 1347 ovejas ,256 machos y 1091 son hembras y 4 pueden estar preñadas"

El hombre asintió y le dijo que efectivamente, así era, y que se podía llevar una oveja.

El joven tomó una y la cargó en su 4x4.Cuando estaba por marcharse, el pastor lo detuvo y le preguntó:

-"Disculpe, pero si yo llegase a adivinar cuál es su profesión, ¿Usted me devolvería mi oveja?.

El joven le dijo sonriente:

-"Seguro, hombre, dijo mientras abría la puerta de su vehículo y se sentaba en el asiento.

El veterano pastor entonces contestó:

-"Usted es Comercial de Telefónica.

El joven, sorprendido completamente, dijo:

-"¡Exacto! ¿Cómo se dio cuenta?"

El hombre le respondió:

-"Por 4 razones. Primero, por mamón; Segundo, vino sin que yo le llamara; Tercero, me cobró por decirme algo que yo ya sabía; Y Cuarto, se nota que no tiene ni puñetera idea del negocio. Así que devuélvame a mi perro".

martes, 17 de marzo de 2009

CUANDO LLEGA LA NOCHE

Cuando la noche nos envuelve con su manto oscuro, cuando todos callan y el silencio habla... cuando las estrellas pueblan el firmamento... entonces y sólo entonces, nuestra mente aún despierta, navega en un mar de tinieblas... olvidamos los ojos que nos miran, y recordamos aquellos que nos miraron, desoímos las voces que nos hablan y escuchamos las que nos hablaron... nos retiramos de la batalla que estamos ganando y volvemos a luchar en la guerra que perdimos... damos las espalda a la luz que nos ilumina y nos adentramos en la oscuridad que nos atormenta...

Cuando la noche nos rodea con su sutil y negro abrazo, nuestra única compañera de viaje es la soledad y el capitán de nuestro barco es el silencio...

...Es cuando llora el alma aunque los ojos estén secos... es cuando la lucha entre nuestro corazón y la cabeza se vuelve más cruenta... es cuando la esperanza, los recuerdos y los deseos se entremezclan y ya nos sabes diferenciarlos... es cuando perdida, nos sabes que es realidad y que es fantasía.

Llega la noche y nos sumimos en un sueño febril que dura lo que un suspiro... un sueño banal, un sueño absurdo... que acaba cuando sale el sol.

Es cuando la mente se rompe de tanto pensar y el corazón se consume de tanto llorar... es cuando vagamos en el limbo... cuando los objetos que conocemos se convierten en los objetos que soñamos.

Cuando llega la noche, las ideas dejan de serlo y se convierten en antorchas que iluminan nuestro cerebro...

...Es cuando la plateada luna dibuja en nuestra ventana la silueta del ángel que nos vela y que nos guarda... y contemplas la belleza de la luna y te preguntas porqué razón tu vida no puede ser igual de bella... la observas y le confiesas tu amor secreto... aunque ella ya lo sabe... porque es ella quien ha iluminado tus noches de angustia... es ella quien le ha dado sentido a tus lágrimas, es ella quien a observado por ti a la persona que amas... en silencio, sin que nadie lo sepa... es ella quien ha guardado tu secreto.

Hay momentos en los que no sabes que hacer... momentos en los que todo parece volverse en contra... momentos... en los que te sientes incapaz de controlar el mundo que te rodea... momentos en los que no te sientes parte del mundo... como si alguien en el principio de los tiempos... hubiese equivocado el rumbo y tú hubieses aparecido en un lugar que no te pertenece.

Entonces y solo entonces... miramos hacia atrás y vemos el camino andado... vemos una huellas ensangrentadas de unos pies heridos... vemos entre los matorrales los jirones de un alma deshecha... vemos un camino cubierto de nieve y un entorno lleno de una melancólica niebla... bajo un cielo gris, miramos un horizonte siempre eterno... anhelando encontrar un paraíso que buscamos sin fe... y solo encontramos paisajes sombríos...

Nos empeñamos en guardar nuestro dolor, como si fuésemos un avaro que guarda su tesoro... nos empeñamos en que nos susurren las palabras que reconfortarían el alma…………no te preocupes, todo se arreglara. Pero no las oímos, no son dichas por los únicos labios a los que creeríamos ciegamente.

...Entonces y solo entonces los recuerdos salen del rincón más oscuro de nuestra mente y nos aguijonean el alma como si fueran un enjambre de abejas furiosas... y como abejas, es inútil que podamos ahuyentarlos porque mientras más nos esforzamos por alejarlos más nos clavan su aguijón venenoso...

...Gritas, pides auxilio y solo escuchas el eco de tu voz que te responde... callas, y el silencio cae sobre ti como una pesada losa... y no puedes librarte de ese peso...

...Y en la oscuridad de la noche, escuchas pasar las horas, deseando que el día se corone de fuego para levantarse, para poder salir del angustioso letargo y no sabes si ver el alba como el final de la noche o como el comienzo del día...

Y cuando llega el día, sales a la calle deseando encontrar tu alma perdida, paseas entre rostros sin nombre... escuchas a gente que habla ajena a tu vida... y ves personas que pasan entre palabras y risas... y entonces, deseas volver a la oscuridad de tu noche... y al silencio de tu alma partida.

NOTA.-

Dedicado a mi "brujita", pues a ambos nos encanta que "LA NOCHE NOS ENVUELVA".

EL HOMBRE QUE TENIA MALA SUERTE


Puesto que el pasado Viernes 13 de Marzo, no tuve oportunidad de estar con vosotros en este rinconcito y dado que esta fecha para la cultura anglosajona es sinonimo de "mala suerte", como para el resto es el "Martes y 13", quiero dedicar a los que creen en eso de la "mala suerte". Así que prestad atención y luego hablamos...


Érase una vez un hombre que siempre tenía mala suerte. Los años iban pasando y aunque se esforzaba mucho, todo era en vano, seguía teniendo mala suerte. Y así pasaron muchos años hasta que empezó a pensar de verdad en su situación.

Después de darle muchas vueltas durante un buen rato, llegó a la conclusión de que necesitaba ayuda. ¿Y quién era más indicado para prestársela que Dios?

Así que el hombre decidió ir a ver a Dios para pedirle que le cambiara su mala suerte. Metió todo lo necesario para el viaje en un atillo y se acostó.

A la mañana siguiente se puso en marcha. Y caminó, caminó y caminó durante mucho, mucho tiempo. Al cabo de algunos días, nuestro hombre llegó a la selva y, abriéndose paso entre la maleza, escuchó de repente una voz estridente:

- ¡Oooooooh....oooooooohh!".

Asombrado buscó el origen de esa voz pensando que a lo mejor alguien podía estar necesitando su ayuda. Encontró un lobo y ¡cómo estaba el pobre animalito!.
Se le podían contar las costillas y el pelo se le caía a mechones; daba lástima verlo.

- ¿Qué te pasa lobo?
- Estoy mal. De un tiempo a esta parte todo me va mal. No tienes más que observar mi aspecto...
- ¡No! No me cuentes nada más porque yo también tengo mala suerte. Por eso voy a ver a Dios a pedirle que me cambie la suerte.
- Por favor, pídele también un consejo para mí.
- Muy bien, no te preocupes que se lo pediré. Hasta pronto.

Y caminó, caminó y caminó, mucho, pero mucho tiempo. Por fin llegó a la sabana. Hacia mucho calor. El sol quemaba y la sabana no parecía tener fin.

- ¡Ay que ver que calor hace! Lo que daría yo por un poco de sombra!

Nada más pensarlo, vio a lo lejos un maravilloso árbol frondoso que invitaba con su sombra reposar un buen rato.

Nada más llegar hasta él, se recostó a descansar apoyándose en el tronco del árbol. Apenas cerró los ojos oyó una voz.

- ¡Oooooooohh! ¡Ooooooooohh!

El hombre abrió sobresaltado los ojos pero no pudo ver a nadie que estuviera quejándose. Nuevamente se recostó, y.... ¡otra vez escucho aquella voz!

- ¡Oooooooohh! ¡Ooooooooohh!

Así sucedió varias veces sin que averiguara la procedencia de aquellos quejidos. Hasta que por fin se le ocurrió preguntar:
- ¿Eres tú, árbol?
- Sí, yo soy.
- ¿Qué te pasa?
- ¡No lo sé!, de un tiempo a esta parte todo me va mal. ¿No ves mis ramas torcidas y mis hojas marchitas?.
- ¡No sigas!. Ya sé de qué me estás hablando. Yo también tengo mala suerte; por eso voy a pedirle a Dios que me la cambie.
- Por favor, pídele también un consejo para mí.
- Lo haré.

Y con esa promesa se marchó. Y caminó, caminó y caminó.

Después de un tiempo, el hombre empezó a adentrase en unos cerros que había más allá de la sabana.

Un día, desde lo alto de una colina, avistó un maravilloso vale. Parecía un paraíso: estaba lleno de árboles, flores, prados, un riachuelo, pájaros,...Era una maravilla de lugar. Bajando al vale descubrió, en medio de aquel precioso paisaje una casa muy acogedora. Se acercó y vio que en la terraza, delante de la casa, estaba una mujer muy hermosa que parecía esperarle:

- Ven, viajero, ven a descansar.

El hombre aceptó de buen grado. Pasaron una velada muy especial. Tomaron una comida sabrosa y se contaron muchas cosas:

- Mujer, te veo triste.
- Sí, es verdad, de un tiempo para acá no me siento bien. Vivo en este lugar maravilloso y, sin embargo, noto que algo me falta.
- ¡No sigas!. Conozco la sensación, por eso voy a ver a Dios para que me cambie la suerte.
- Pues dile que te dé un consejo para mí.

A la Mañana siguiente el hombre emprendió de nuevo su viaje. Y caminó, caminó y caminó, mucho, mucho tiempo. Al cabo de muchos días nuestro hombre llegó al Fin del Mundo. Se asomó. Miró hacia abajo, a la derecha, a la izquierda y hacia arriba, pero no pudo ver nada. Sólo había estrellas. De repente se formó una nube enfrente de él que fue tomando la forma de la cara de otro hombre.

- ¿Tú eres Dios?.
- Sí, yo soy.
- Tú sabes que las cosas me van mal y he venido para pedirte que cambies mi suerte.
- Muy bien. Estoy de acuerdo. Sólo hay una condición: tienes que estar muy atento y buscar tu buena suerte.

El Hombre que estaba muy contento, se despidió de Dios. Quería llegar rápidamente a su casa para ver si su suerte había cambiado realmente. Y corrió y corrió y corrió durante mucho tiempo, hasta que llegó a aquel valle. Estaba pasando de largo frente a la casa cuando la mujer lo vio y lo llamó:

- ¡Eh! ¡Ven aquí! Cuéntame lo que ha pasado.
- He visto a Dios y me ha prometido que me va a cambiar la suerte. Sólo me pidió que estuviera atento. Ahora tengo que irme, he de buscarla.
- ¿Y no te ha dado un consejo para mí?.
- A ver...a ver si recuerdo... ¡Ah! sí. Me dijo que lo que te faltaba era un hombre, un compañero que compartiera la vida contigo aquí en este valle.

Con estas palabras a la mujer se le iluminó la cara y exclamó:
- ¡Sí! ¡Sí! eso es. Oye y ¿quieres ser tú ese hombre?
- Me gustaría mucho pero no puedo. Tengo que seguir mi camino y buscar mi buena suerte. Adios, me voy corriendo.

Y corrió y corrió y corrió durante mucho tiempo. Después de varios días llegó nuevamente a la sabana y pasaba corriendo al lado del árbol, cuando este le paró e interrogó:
- ¿Qué ha pasado buen hombre?
- Nuevamente relató su historia y nada más terminarla quiso salir corriendo; pero el árbol le preguntó:
- ¿Y para mí, para mí, Dios no te dio ningún consejo?
- A ver... a ver si recuerdo... ¡ah! sí, me dijo que debajo de tus raices había un enorme tesoro que te impide crecer. Lo único que tienes que hacer es sacar el tesoro; y todo te irá de nuevo bien.

Después de oír al árbol, el hombre quiso salir corriendo. Pero nuevamente el árbol lo paró:
- Mira yo no puedo sacar ese tesoro. Si tú lo quiere hacer por mí, te lo podrás llevar y así ser muy rico. A mí no me sirve y únicamente quiero que mis raíces crezcan de nuevo bien.
- Me encantaría ayudarte, pero tengo que seguir mi camino y buscar mi buena suerte. Lo siento, adios.

El hombre corriendo de nuevo se alejó. Corrió y corrió y corrió durante mucho tiempo. Llegó a la selva y no pasó mucho tiempo cuando de nuevo oyó aquellos temibles quejidos del lobo. Quiso pasar de largo, pero el lobo le llamó. El hombre le contó de nuevo su historia. El lobo le preguntó:
- ¿Y para mí...., para mí no te dio Dios también un consejo?.
- A ver....a ver si me acuerdo... ¡Ah! sí, me dijo que para ponerte de nuevo fuerte sólo tenías que hacer una cosa: comerte a la criatura más estúpida de la Tierra, entonces te irá todo bien.

El lobo se levantó con sus últimas fuerzas y se abalanzó sobre nuestro protagonista y...¡Lo devoró! … Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Por cierto… recuerda, que en eso de la mala suerte… sólo son SUPERSTICIONES.

LA PUERTA


En una tierra en guerra, había un Rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no los mataba, los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas de sangre.
En esta sala el Rey les hacía formar un círculo y les decía entonces... "Ustedes pueden elegir entre morir atravesados por las flechas de mis arqueros o pasar por esa puerta misteriosa".
Todos elegían ser muertos por los arqueros.
Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo había servido al Rey se dirigió al soberano y le dijo: "Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?"
A lo que este le respondió: "Dime soldado".
- "¿Qué había detrás de la horrorosa puerta?".
- "Ve y mira tú mismo", respondió el monarca.
El soldado entonces, abrió temerosamente la puerta y, a medida que lo hacía, rayos de sol entraron y aclararon el ambiente... y, finalmente, descubrió sorprendido que la puerta se abrió sobre un camino que conducía a la libertad.
El soldado admirado sólo miró a su Rey que le decía:
-"Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir antes que arriesgarse a abrir esta puerta".
MORALEJA:
¿Cuántas puertas dejamos de abrir por temor?. ¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños o nuestras metas?

NOTA DE DISCULPA

Hola aquí estoy nuevamente. Como os indiqué en su momento -motivos tanto laborales como educativos- me impiden estar con vosotros continuamente. No obstante, aquí van nuevos relatos. Espero que sean de vuestro agrado.