lunes, 9 de febrero de 2009

UN POCO DE TERNURA… Y EL VALOR DE LA AMISTAD


El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: "Cachorritos en venta".
Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando:
- "¿Cuál es el precio de los perritos?"
El dueño contestó:
- "Entre 30 y 50€".
El niño metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:
- "Solo tengo 2.37€... ¿puedo verlos?"
El hombre lo miró sonriendo y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedando considerablemente rezagado. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba.
- "¿Que le pasa a ese perrito?", preguntó.
El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía la cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamo:
- "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!"
.El dueño de los perros replicó: - "¡No!, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo".
El niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:
- "Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis 2.37€ ahora y 50 centimos cada semana hasta que lo haya pagado completamente".
El hombre contestó:
- "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".El niñito se agachó y se levantó su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:
- "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".
El hombre observando la escena, se mordía el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:
- "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú". En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquel que llega cuando los demás se van.

UN MINUTO


Un minuto sirve para sonreír: sonreír para el otro, para ti y para la vida.

Un minuto sirve para ver el camino, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua.

Se requiere apenas de un minuto para evaluar la inmensidad del infinito, aunque sin poder entenderlo.

Un minuto apenas para escuchar el canto de los pájaros.

Un minuto sirve para oír el silencio, o comenzar una canción.

Es en un minuto en que uno dice el "sí" o el "no" que cambiará toda su vida.

Un minuto para un apretón de manos y conquistar un nuevo amigo.

Un minuto para sentir la responsabilidad pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria...

En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar, esperar, creer, vencer y ser...

En un simple minuto se puede salvar una vida.

Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.

Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar o de una vida.

Basta un minuto de atención para hacer feliz a un hijo, a un padre, a un amigo, a un alumno, a un profesor, a un semejante...

Sólo un minuto para entender que la eternidad está hecha de minutos...

De todos los minutos bien vividos...

Un minuto... ¡Cuántas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta!... pero también cuántas veces traemos a nuestras vidas los recuerdos de los minutos vividos llenos de felicidad, de alegría y también de tristezas...

Decimos "un minuto" y nos parece nada...

Pero... ¡cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va para siempre, cómo se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestros trabajos, como se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que amamos, cómo nos llena de emoción ese minuto en que nos entregan a nuestro hijo al nacer, y cómo también deseamos que la vida le otorgue más minutos a quien la muerte separará físicamente de nosotros y no veremos más!

Un minuto... parece increíble... parece tan poquito y sin embargo puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.
Lo importante es no vivir la vida porque sí, dejando pasar el tiempo.

Alguien alguna vez dijo: "Vive cada minuto como si fuera el último"...

Si todos recordáramos esa frase a diario aprenderíamos a vivir la vida intensamente.

Aprenderíamos a no posponer las emociones más bonitas de la vida pensando que "si no es hoy será mañana"...

Tu tiempo es ahora... el futuro es incierto... Vive cada minuto intensamente.