jueves, 29 de enero de 2009

MI GENERACIÓN

Esta entrada trata sobre la generación que tuvimos la suerte de nacer en los 70.

Como bien se dice aquí, somos los últimos que tuvimos una infancia "de verdad".

Hoy en día chavalitos y chavalitas de 11 o 12 años se comportan como adolescentes de 16, cuando los y las de mi quinta a esa edad éramos más inocentes que una docena de cromos. Pretenden entrar en discotecas a una edad en la que se supone que aún jugamos con coches y muñecas.

Las chiquillas que no han hecho más que empezar la ESO ya se maquillan los ojos, y chicos de su clase pegan a profesores y graban las palizas que dan a la gente en su móvil-de-última-generación. La infancia y la inocencia se han reducido en varios años, por culpa de intereses comerciales, los medios de comunicación y un pasotismo generalizado de los padres, que prefieren enchufar a su prole a la caja tonta mientras hacen horas extras en el trabajo, y ¿para qué? Para pasar unas vacaciones a todo lujo. En realidad no es culpa de los niños. Éstos nacen en un mundo que los adultos han construido. Pero si estos son los adultos del futuro, ¿cómo será el mundo que construyan?

Para todos aquellos y todas aquellas que nacisteis entre el 1970 y 1980 y pico:

El objeto de esta "reflexión" es la de reivindicar una generación, la mía, la de todos aquellos que nacimos en los 70 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron aquellos ahora vale 20 o 30 veces más y para los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 o 60 años, como mínimo.

Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con el Mundial de España 82 y el Naranjito o si me apuráis con las Olimpiadas de Barcelona 92 y Cobi, sin olvidarnos de la Expo Sevilla 92 y Curro.

Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática y la serie "Cuéntame" nos parece que es una chorrada, algo casposa y que hace apología de aquello que llamaron régimen.

Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales, y eso que sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color.

Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros, sí lo tienen realmente y nadie se lo dice constantemente.

Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos "bodrios" como: "Historias del Kronen" o Reality Bites","Merlose Place" o "Sensación de vivir" (vale, te gustaron en su momento, pero vuélvelas a ver, verás qué chasco).

Lloramos con la muerte de Chanquete, con la dichosa madre de Marco que no aparecía, y con las faenas de la Señorita Rottenmayer. ; una de nuestras primeras canciones del verano fue "Los Pajaritos" (1981) o “Mi abuela” (1990)

Somos una generación que hemos visto, ironías de la vida, a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.

Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos, y no Halloween.

Cuando todavía se podía repetir curso; los últimos en hacer FP, BUP y COU, los pioneros de la ESO.

Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta un duro, perdón un euro echarnos del trabajo...

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico.

Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo con imágenes que ponen los pelos de punta, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yeltsin borracho hacerle tocamientos a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres –afortunadamente– no hicieron; gritamos "OTAN NO, bases fuera" sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe de un 11 de septiembre.

Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos a Perico Delgado anunciar los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.

Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema, el panadero. Quién diría entonces que años más tarde, con España integrada en la UE, aquella niña morena y vecina de aquel Barrio llamado Sésamo habría de enseñarnos sus vergüenzas (me refiero a Ruth Gabriel). Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con Ana (abuelito dime tu...) Los del incomparable "Planeador abajo" de Mazinger Z, los “pechos fuera” de Afrodita A, los de Ulises 31 y Comando G (que nunca acabó de gustar a nadie) Somos la generación que fuimos al cine a ver las películas de Parchís, y que durante años creímos que el de rojo (como quien dice el de en medio de los Chichos) era Enrique Bunbury. Los que crecieron escuchando a Europe y a ese –según creíamos entonces– grupete de imitadores que les salió, unos tal Bon Jovi (Aunque con los años he de reconocer que me gustan más los segundos que los primeros). Los de la explosión del Challenger, la cantada de Arkonada en la Eurocopa de Francia 84 tras clasificarnos después de haberle hecho 12 a Malta, los de los mundos de Yupi y las pesetas rubias... Nos emocionamos con Superman, ET o En busca del Arca Perdida.

Comíamos phosquitos y los tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.

Somos y tomo aire, la generación del Tocata, La Bola de Cristal (solo no puedes, con amigos sí), el Follow Me, "El coche fantástico", "Oliver y Benjí","la abeja Maya", El hipnótico "Planeta Imaginario", Los Toreros Muertos, La Orquesta Mondragón, el abrazafarolas del Butano y el Misissipi de Pepe Navarro con su inimitable Pepelu. La generación de “La quinta del Buitre”, de Hugo Sánchez, de Biriukov, Del Corral, Corbalán, Romay y que nos traumatizamos con las muertes de Fernando Martín y Petrovic (porque, ¿quién leche juega hoy en el Madrid de baloncesto?).

El 600 era el utilitario normal, el 124 un coche familiar y el 131 una berlina de lujo.

El 23F nos pareció un buen día porque no hubo clase y pusieron dibujos y películas por la tele.

Nuestro grito de guerra fue "Tigres, Leones, todos quieren ser los campeones" "como están ustedes" y descubrimos a las mujeres gracias a tirantes de una tal Miriam Díaz Aroca.

Somos la generación que se cansó de ver las "mamáchichos". La generación a la que le entraba la risa floja cada vez que trataban de vendernos que España era favorita para un Mundial de fútbol.

La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta arriba de maletas para ir de vacaciones. La última generación de las litronas y los porretes, y qué leñe, la última generación sensata que ha habido. Este recorrido está dedicado a las personas que nacieron entre 1970 y el 1980 y pico. La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia.

Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes:

Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de 10-12h con cinco personas en un 600 o en un Renault 4 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.

No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.

Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico, y jugábamos a "lo que hace la madre hacen los hijos", esto es, a ver quien era el más bestia.

Pasábamos horas construyendo nuestros vehículos" con trozos de rodamientos para bajar por las cuestas y sólo entonces descubríamos que nos habíamos olvidado de los frenos.

Después de chocar con algún árbol, aprendimos a resolver el problema.

Jugábamos a "churro va" y al pañuelo y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. Eso sí, nos buscábamos maderas en los contenedores o donde fuera y hacíamos una caseta para pasar allí el rato.

No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran “cosas de niños” y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos.

La mitad de los compañeros de clase tenía la barbilla rota o algún diente mellado, o alguna pedrada en la cabeza... Tuvimos peleas y nos partíamos la cara unos a otros y aprendimos a superarlo.

Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ¡¡¡ruedas!!!

Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.

Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.

No tuvimos Playstations, Nintendo 64, vídeo juegos, 99 canales de televisión, sonido surround, móviles, ordenadores e Internet, pero nos lo pasábamos de lo lindo tirándonos globos llenos de agua y arrastrándonos por los suelos destrozando la ropa.

Nosotros si tuvimos amigos. Quedábamos con ellos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a las chapas, a la peonza, a las canicas, a la lima, al rescate... En fin, tecnología punta... Íbamos en bici o andando hasta su casa y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, nosotros solos, allá fuera, ¡en el mundo cruel! ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?

Hicimos juegos con palos, botellas y balones de fútbol improvisados, y comimos pipas y, aunque nos dijeron que pasaría, nunca nos crecieron en la tripa ni tuvieron que operarnos para sacarlas.

Bebíamos agua directamente del grifo de las fuentes de los parques, agua sin embotellar, ¡donde chupaban hasta los perros!

Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la escopeta de perdigones o con el tira huevos, antes de ser mayores de edad y sin adultos…¡¡ DIOS MÍO!!

En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos. Los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.

Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repitieron curso. ¡Que horror, no inventaban exámenes extra!

Y ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarlas el culo y jugando a beso, verdad y atrevimiento, no en un Chat diciendo TQ. Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso.

La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso, nos soltaban un guantazo o un zapatillazo y te callabas.

Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. Por cierto, ¿Tú eres uno de ellos? ¡Enhorabuena!

miércoles, 28 de enero de 2009

EL ÁRBOL CONFUNDIDO

Había una vez en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín.


Bueno todo no. Porque como todo en la vida hay una excepción. En aquél jardín todos eran dichosos a excepción de un árbol que se encontraba profundamente triste.

El motivo era simple: El pobre tenía un problema: ¡No sabía quién era!

La razón de ello era que lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano:


- "Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas. ¡Mírame a mí y observa que fácil es!"

- "No lo escuches", exigía el rosal: "Es más sencillo tener rosas. Mírame y ve que bellas son!"

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la Tierra. Yo te daré la solución... No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo, conócete... y para lograrlo, escucha tu voz interior.-

Dicho esto, el búho desapareció.

"¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?..." Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió.

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: "Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal.

Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: ¡Cúmplela!"

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto entonces... ¿Cuántos serán robles que no se permiten a si mismos crecer?... ¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?... ¿Cuántos, naranjos hay que no saben florecer?... ¿Y que harán si no se descubren a sí mismos?

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir y un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser. Permítete tiempo para reflexionar...y para dudar, si eso te permite luego tomar la decisión correcta.


¡NUNCA LO OLVIDES!

martes, 27 de enero de 2009

EL ELEFANTE DEL CIRCO



Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.

También a mí, como a otros, me llamaba la atención el elefante.

Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años recuerdo que pregunté a uno de mis profesores, a mi madre, a mi padre e incluso a mis abuelos por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: "Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?"

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño".

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy segura de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.

La estaca era ciertamente muy fuerte para él......juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía...Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso no escapa porque CREE QUE NO PUEDE. Tiene el recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente aquel recuerdo.

Jamás... Jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

Este texto pertenece a Jorge Bucay y he querido compartirlo con vosotros.

Por mi parte, tan solo me queda haceros esta pequeña reflexión:

“Cada uno de nosotros somos un poco como ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos hacer" simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.

Grabamos en nuestro recuerdo "no puedo... no puedo y nunca podré", perdiendo una de las mayores bendiciones con que puede contar un ser humano: LA FE.

Por tanto, amigo / amiga, mantén viva siempre LA FÉ”

NUNCA DEJES DE SOÑAR



Nunca se debe decir a un niño ni a nadie que sea soñador

Que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese, porque le estaríamos quitando la esperanza de que sus sueños se conviertan en una realidad.

Quisiera vivir siempre soñando, porque los sueños te llevan a sitios donde nunca podrias estar, si no es soñando.

Quisiera vivir siempre soñando, porque un sueño te transporta a lugares idílicos maravillosos, como en las mil y una noches, de Ali Babá...

Quisiera vivir siempre soñando, porque ellos te acompañan por caminos llenos de luz, sin exigirte nada, son senderos sin abrojos donde tus pies cansados flotan en nubes de algodón y tus manos no están vacías.

Quisiera vivir siempre soñando, porque los sueños son el bálsamo que calma tus heridas y suavizan tu vida llenándola de logros inalcanzables.

Quisiera vivir siempre soñando, porque los sueños prolongan la vida y te elevan sobre sentimientos insanos y con ellos puedes conseguir vivir en un mundo mejor ideado por tus dulces sueños.

Quisiera vivir siempre soñando, porque con ellos puedes construir un mundo sin odios, sin venganzas, sin rencores, sin avaricias, sin exigencias culposas y llenar tu vida de un amor puro y sincero, que te eleve sobre tantos sinsabores existentes en la vida.

Quisiera vivir siempre soñando, porque los sueños no son tonterías, que son esperanzas que algún día puedes conseguir, si sigues un sueño creado por ti y pones en el tu afán y tu fe en alcanzarlo, ten por seguro que lo conseguirás, siempre que tu sueño sea leal y verdadero, sin perder la fe en que lo vas a conseguir, vertiendo en el empeño, toda tu voluntad y fuerza espiritual.

lunes, 26 de enero de 2009

LA ESCUDILLA DE MADERA

Un débil y anciano señor se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años de edad.
Las manos del anciano temblaban, su vista era empañada y sus pasos tambaleantes. La familia cenaba junta en la mesa pero el anciano se le hacia difícil tomar los alimentos debido a sus temblorosas manos y la decadente visión. Los guisantes se le rodaban de la cuchara al suelo, cuando agarraba el vaso, la leche se le derramaba sobre el mantel.

El hijo y la nuera se irritaban por el revoltijo. Un día el hijo dijo: “Tenemos que hacer algo sobre el Abuelo, ya estoy harto de su leche derramada, su ruidoso modo de comer y de los alimentos en el suelo”. Su mujer afirmaba con la cabeza.

De manera que el marido y su esposa colocaron una pequeña mesa en una esquina de la casa. Ahí el Abuelo cenaba solo mientras el resto de la familia disfrutaba de su cena en el comedor central.

Como el Abuelo había roto uno o dos platos, su comida era servida en una escudilla de madera. Cuando la familia miraba hacia la dirección donde se encontraba el Abuelo, a veces notaban que tenía lágrimas en los ojos. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigían eran amonestaciones cuando se le caía el tenedor o derramaba la leche.

El niño, por su parte, observaba todo esto en silencio.

Una tarde, antes de la cena, el padre notó que su hijo estaba jugando en el suelo con pedazos de madera. Le preguntó dulcemente:
- ¿Qué estás haciendo?

Con la misma dulzura el niño le respondió:
- Estoy haciendo una pequeña escudilla para ti y mamá para que la usen en la cena cuando yo crezca.

El niño sonrió y continuó con su trabajo.


Las palabras del niño llamaron tanto la atención de los padres que se quedaron sin palabras y luego las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Aunque ninguna palabra fue dicha, ambos supieron lo que había que hacer.


Esa misma tarde, el marido tomó de la mano al Abuelo y suavemente lo llevó a la mesa familiar.

Por el resto de sus días el abuelo disfrutó todas sus cenas con la familia y por alguna razón ni el marido ni la esposa parecía importarles más que se cayera el tenedor, se derramara la leche o ensuciase el mantel.

NOTA.- Dedicado a todos los abuelos y las abuelas.

EL CAMINANTE

Un caminante, su caballo y su perro iban por una carretera cuando al pasar cerca de un enorme árbol, cae un rayo y los 3 mueren fulminados. Pero el hombre no se da cuenta de que habían abandonado este mundo y prosigue su camino junto a sus animales.

La carretera era muy larga y cuesta arriba, el sol era muy intenso y ellos estaban muy sofocados y sedientos.

En una curva del camino vieron un magnífico portal de marmol que conducía a una preciosa plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante y sus animales se dirigieron a la entrada, allí había un guardián con el que el caminante entabló la siguiente conversación:
- Buenos días
- Buenos días -respondió el guardián-
- ¿Cómo se llama este lugar tan bonito? -preguntó el caminante-
- Esto es el Cielo -respondió el guardián-
- Que bien que hayamos llegado al Cielo porque estamos verdaderamente sofocados y sedientos -dijo el caminante-
- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera -dijo el guardián, señalando la fuente-
- Pero mi caballo y mi perro también tiene sed -dijo el caminante-
- Lo siento mucho señor, pero aquí no se permite la entrada a los animales -dijo el guardián-

El caminante se volvió con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo, dio las gracias al guardián y prosiguió su camino.

Después de caminar un buen rato, siempre cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra bordeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado con la cabeza cubierta por un sombrero, posiblemente dormía.
- Buenos días -dijo el caminante-, a lo que el hombre respondió con un gesto de la cabeza
- Tenemos mucha sed mi caballo, mi perro y yo -dijo el caminante-
- Hay una fuente entre aquellas rocas -dijo el hombre señalando el lugar- podéis beber toda el agua que queráis.

El caminante, el caballo y el perro fueron a la fuente, calmaron su sed, se refrescaron y descansaron un rato, luego el caminante volvió hacia el hombre para agradecer su amabilidad y éste dijo:
- Podéis volver siempre que queráis
- Muchas gracias, a propósito ¿cómo se llama este lugar? -preguntó el caminante-
- Cielo -dijo el hombre
- ¿Cielo?, pero si el guardián del portal de marmol me dijo que aquello era el cielo!! -dijo sorprendido el caminante-
- Aquello no era el cielo señor, aquello era el infierno -respondió el hombre-

El caminante quedó perplejo y dijo:
- Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre, porque esta información falsa provocará grandes confusiones!
- De ninguna manera señor -dijo el hombre-, en realidad nos hacen un gran favor porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

Nota.- Este relato me permite recordar un precioso pensamiento de PAULO COELHO:

Jamás abandones a tus verdaderos amigos aunque esto te produzca inconvenientes personales.

Si ellos han estado dándote su amor y compañía, has contraido una deuda: No abandonarles NUNCA.

Porque... hacer un amigo es una GRACIA, tener un amigo es un DON, conservar un amigo es una VIRTUD... Ser tu amigo... ES UN HONOR.

NOTA: DEDICADO A MIS AMISTADES

miércoles, 21 de enero de 2009

EL CUENTO DE LA RANITA

Érase una vez una carrera de ranitas. El objetivo era alcanzar lo alto de una gran torre. Había en el lugar una gran multitud de espectadores. Mucha gente para apoyar y gritar por ellas comenzó la competencia.

Pero como los espectadores no creían que las ranitas pudieran alcanzar lo alto de aquella torre, lo que más se oía era:"¡Que pena! ¡Estas ranitas no van ha lograr... no van a poder!".

Y las ranitas comenzaron a desistir. Pero había una que persistía y continuaba la subida en busca del logro. La multitud continuaba gritando:"¡Que pena! ¡No lo van ha conseguir... no van a poder!".

Y las ranitas estaban exactamente desistiendo, una por una... menos aquella ranita que continuaba tranquila, cada vez más segura.

Ya al final de la competencia, todos desistieron, menos ella...La curiosidad se apoderó de todos, querían saber lo que había ocurrido. Y cuando fueron a preguntar a la ranita como lo había conseguido, como logró hacer la prueba..., fue donde descubrieron...¡QUE ERA SORDA!

Moraleja: No permitas que personas con el mal hábito de ser negativas derrumben tus mejores y más sabias esperanzas de tu corazón!

Y RECUERDA SIEMPRE:"Hay poder en nuestras palabras y en todo lo que pensamos". Por lo tanto, procura siempre ser POSITIVO. Sé "SORDO" cuando alguien te dice que tu no puedes relizar tus sueños... Y piensa además que tu boca tiene el poder de la vida y de la muerte. Una palabra de aliento a alguien que está pasando por un mal momento, puede reanimarlo y ayudarlo a salir adelante.Una palabra destructiva puede ser lo único que se necesita para matarlo.

EL ORIGEN DE LAS FRESAS

El Gran Espíritu creó al hombre y a la mujer, les entregó la tierra con todas sus maravillas y pensó que se sentirían felices, vivirían en paz y fundarían una gran familia.

Pero no pasó mucho tiempo antes de que la pareja comenzara a reñir por cualquier cosa. La mujer gritaba al hombre y el hombre gritaba a la mujer.

Ninguno de los dos parecía hacer nada bien a los ojos del otro y eran tan amargos los reproches y tan duras las palabras que finalmente la mujer decidió abandonar al hombre.

Por un tiempo el hombre solo se sintió tranquilo pero pronto empezó a echar en falta a su compañera y se entristeció. El Creador le preguntó si le gustaría que la mujer volviera a su lado y el hombre dijo que nada deseaba más que eso y el Gran Espíritu prometió traerla de vuelta.

La mujer salía todos los días a recoger frutas y bayas con que alimentarse y el Creador hizo que nacieran en su camino arbustos colmados de arándanos pero la mujer ni los miró. Luego, llenó la ribera del arroyo de zarzas de las que pendían grandes y dulces moras pero tampoco la mujer se sintió interesada.

Más tarde fueron las frambuesas y muchas más frutas silvestres pero ella no hacía ningún caso, hasta que el Creador hizo aparecer las fresas. La mujer vio una gran mata plagada de frutos rojos y brillantes y quiso probarlos. Se agachó, recogió unos pocos y los comió con deleite.

Eran tan dulces y frescos, tan suave su sabor que la mujer pensó; "Al hombre le gustaría mucho comer estas frutas", y llenando el cestillo que traía consigo volvió al lado de su pareja para ofrecérselas y disfrutarlas en su compañía.

Así fue como las fresas se originaron y como el Creador logró que hombre y
mujer volvieran a estar juntos.

martes, 20 de enero de 2009

EL MATE PASTOR

Hoy os voy a contar una historia que, siendo muy pequeño, me contaron a mí.

Una historia de ajedrez.

No hay mayor humillación para un buen ajedrecista que perder en cuatro movimientos.

Pues resulta que el
mate pastor, conocido por todo ajedrecista que se precie (y por mi a partir de aquel día) es una serie de cuatro movimientos que consiste en atacar al Rey con la Dama y el Alfil. Si el rival cae en la trampa, Jaque Mate en menos que canta un gallo.

La cara de tonto del rival, impagable. Pero, ¿por qué se llama así? Mate pastor…

Resulta que en tiempos inmemoriales, allá por la Edad Media, había un Rey muy poderoso y muy aficionado al ajedrez.

Tantos años de práctica lo habían hecho imbatible, pues nadie recordaba haberlo visto jamás perder una partida. Gentes de todos los confines del reino acudían a retar al monarca sobre la tabla bicolor. Pues el Rey, para hacer más interesante, la partida se comprometía a aquél que consiguiera vencerle, la recompensa que el ganador creyese justa como premio. Así, había incluso los había que venían desde tierras lejanas más allá de los límites del reino, pasando mil penurias, solo con el fin de derrotarlo.

Pero todos volvían desolados y vencidos, tal era la destreza de su majestad.

Un día, éste último escuchó el rumor en la Corte de que había un pastor en las montañas que jugaba al ajedrez como nadie. Solo aquel pastor podía batirlo, se decía.

El monarca, evidentemente no dudaba de su superioridad, pues jamás nadie había logrado vencerle y no había ninguna razón para pensar que un humilde pastor pudiera conseguirlo.

Pero para callar bocas y demostrar una vez más que no había mortal en la faz de la tierra capaz de derrotarlo, hizo traer al pastor a palacio retándolo a una partida.

Llegó el gran día. La expectación era máxima y la multitud se congregaba dispuesta a ver una emocionante y larga partida. El pastor con calma movió un peón, saco el Alfil, saco la Dama y… ¡JAQUE MATE!

El monarca estaba que no cabía en sí de la rabia, pues no comprendía como podía haber sido derrotado, pero cumpliendo su promesa le ofreció al pastor lo que quisiese, como recompensa.

Ante el asombro de todos los presentes, aquél dijo:

-Solo quiero un grano de trigo por la primera casilla del tablero. Dos por la segunda. Cuatro por la tercera. Y así sucesivamente hasta completar las 64 casillas del tablero.
.
-¿Realmente es solo eso lo que quieres? – contestó incrédulo el rey ante la idea de que el pastor no ansiase nada más que un pequeño puñado de granos de trigo.
.
-Si - Respondió sin dudarlo y con una leve sonrisa el pastor.
.
El monarca encargó a un matemático de la Corte que calculase a cuanto ascendía la cantidad total de granos y empezó a recolectarlo.

Pronto se daría cuenta de que no había suficiente trigo en el reino para satisfacer el deseo del pastor.

INVENTARIO DE LAS COSAS PERDIDAS

Tenía la mirada enfocada en lo distante. Casi ausente. Pienso ahora que tal vez presentía que ese era el último día de su vida. Me aproximé y le dije:

-¡Buenos días, abuelo!

Y él extendió su silencio. Me senté junto a su sillón y, después de un misterioso instante, exclamó:

- ¡Hoy es día de inventario, hijo!

- ¿Inventario? - pregunté sorprendido.

- Sí. ¡El inventario de las cosas perdidas! - me contestó con cierta energía y no sé si con tristeza o alegría. Y prosiguió:

- Del lugar de donde yo vengo, las montañas quiebran el cielo como monstruosas presencias constantes. Siempre tuve deseos de escalar la más alta. Nunca lo hice, no tuve el tiempo ni la voluntad suficientes para sobreponerme a mi inercia existencial.

Recuerdo también a María, aquella chica que amé en silencio por cuatro años; hasta que un día se marchó del pueblo, sin yo saberlo.

- ¿Sabes algo? También estuve a punto de estudiar ingeniería, pero mis padres no pudieron pagarme los estudios. Además, el trabajo en la carpintería de mi padre no me permitía viajar. ¡Tantas cosas no concluidas, tantos amores no declarados, tantas oportunidades perdidas!

Luego, su mirada se hundió aún más en el vacío y se humedecieron sus ojos. Y continuó:

- En los treinta años que estuve casado con Marta, creo que sólo cuatro o cinco veces le dije ´te amo´. Después de un breve silencio, regresó de su viaje mental y mirándome a los ojos me dijo:

- “Este es mi inventario de cosas perdidas, la revisión de mi vida. A mí ya no me sirve. A ti sí. Te lo dejo como regalo para que puedas hacer tu inventario a tiempo”.

Y luego, con cierta alegría en el rostro, continuó con entusiasmo y casi divertido:

- ¿Sabes qué he descubierto en estos días?
- ¿Qué, abuelo?

Aguardó unos segundos y no contestó, sólo me interrogó nuevamente:

- ¿Cuál es el pecado más grave en la vida de un hombre?

La pregunta me sorprendió y sólo atiné a decir, con inseguridad:

- No lo había pensado. Supongo que matar a otros seres humanos, odiar al prójimo y desearle el mal. ¿Tener malos pensamientos, tal vez?

Su cara reflejaba negativa. Me miró intensamente, como remarcando el momento y en tono grave y firme me señaló:

- El pecado más grave en la vida de un ser humano es el pecado por omisión.
Y lo más doloroso es descubrir las cosas perdidas sin tener tiempo para encontrarlas y recuperarlas.

Al día siguiente, regresé temprano a casa, después del entierro del abuelo, para realizar en forma urgente mi propio inventario de las cosas perdidas.

lunes, 19 de enero de 2009

FILOSOFÍA DE LA VIDA

Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno.

Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf.

El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.

Después el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote.

Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno.

En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime. El profesor, rápidamente añadió dos cervezas al contenido del bote y efectivamente, el líquido llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían.

Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo:
"Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que nos apasionan.

Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedasen estas, vuestras vidas aún estarían llenas. Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche.....

La arena es el resto de las pequeñas cosas. Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf.
Lo mismo sucede con la vida.

Si utilizáramos todo el nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes.

Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o tu afición favorita.

Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua. Ocúpate primero de las pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto solo es arena". Uno de los estudiantes levanto la mano y le preguntó que representaban las cervezas. El profesor sonrío y le dijo: "Me encanta que me hagas esta pregunta!. La cerveza es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos cañas con un amigo"

NOTA: Quiero dedicar esta entrada a mi pandilla de amigos y amigas.

EL HOMBRE IMAGINATIVO

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre bastante virtuoso fue injusta y sobrada---mente acusado de haber asesinado a una mujer.

En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al verdadero culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto: LA HORCA.

El Juez que presidía aquel Tribunal, y que nada tenía de imparcial, se cuidó muy mucho, no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo. Por ello dijo al acusado:

"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino."

Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: CULPABLE.

Y la pobre víctima, aun sin conocer todos los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa.

Sin embargo, no había escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.

Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente:
"Pero ¿qué hizo? Y ¿ahora? ¿Cómo vamos a saber el veredicto?"
"Es muy sencillo- respondió el hombre.

Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué".

Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

Moraleja: SÉ CREATIVO. CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USA LA IMAGINACIÓN.

sábado, 17 de enero de 2009

NOTA

Algunos de vosotros ya habéis decidido entrar a este rincón. Cuestión que me alegra enormemente. Si queréis hacer algún tipo de comentario, os invito a que lo hagáis. Asimismo, os invito a que también me hagáis llegar vuestros relatos, reflexiones, etc. La dirección es miscelanea37@hotmail.com.

EL PRINCIPE Y LA HONESTIDAD: POR UN MUNDO IDEAL

Se cuenta que en la Europa medieval en la región norte del país existía un príncipe que estaba por ser coronado Emperador, pero de acuerdo con la ley, para acceder aquel título, él previamente debía contraer matrimonio.

Teniendo en cuenta este precepto legal, decidió hacer una especie de competición entre las muchachas de la Corte para ver quién sería digna de ser su consorte.

Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.Una anciana que servía en el palacio desde hacía muchos años, escuchó loscomentarios sobre los preparativos. La mujer sintió una intensa tristeza porque sabíaque su joven hija sentía un profundo amor por el Príncipe.
Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saberque esta última quería ir a la celebración.

Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la Corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura"

Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoyloca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar porlo menos por algunos momentos cerca del Príncipe. Eso me hará inmensamente feliz"Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachasmás bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con lasmás determinadas intenciones.

Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, como esposa y futura princesa".La propuesta del Príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, quevaloraba mucho la especialidad de cultivar algo, ya fueran estas: costumbres,amistades, relaciones, etc.

El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.

Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocíapero nada había nacido.

Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.

Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madreque sin importar las circunstancias ella regresaría al Palacio en la fechay hora acordadas sólo para estar cerca del Príncipe aunque sólo fuera por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío.

Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto unaescena tan bella.

Finalmente, llegó el momento esperado y el Príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.
Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado.

Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los allí presentestuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él habíaescogido justamente a aquella que no había cultivado nada.

Entonces, con calma el Príncipe explicó: "Esta fue la única que cultivó la flor que lahizo digna de convertirse en mi esposa: la flor de la honestidad. Todaslas semillas que entregué eran estériles"Maravilloso relato, ¿no?

En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido...

Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir "me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de esto". Opinamos sobre todo, juzgamos a todos... la "viveza" se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos...

La verdad, la sinceridad, la humildad... no son virtudes exaltadas ni en los dibujos animados para niños, ni en las campañas publicitarias para adultos. Hemos confundido el significado de la palabra ÉXITO.
Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar miscreencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bienu obtener resultados... ese ha sido un día de éxito.

Pero recuerda, exclusivamente de cada uno depende:

Hacer de este, un día exitoso... y que entre todos conseguir un Mundo Ideal

viernes, 16 de enero de 2009

EL HOMBRE QUE RECIBIÓ TRES CONSEJOS

Una pareja de recién casados era muy pobre y vivía de los favores de un pueblecito del interior.

Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa: "Querida yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida mas cómoda y digna. No se cuanto tiempo voy a estar lejos, solo te pido una cosa, que me esperes y mientras yo este lejos, seas fiel a mi, pues yo te seré fiel a ti."

Así, siendo joven aún, caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda. El joven llegó hasta la casa principal, ofreciéndose para trabajar y tras una breve charla con el patrón, fue aceptado, para vivir allí.

Antes de comenzar su jornada hizo un trato con su jefe, el cual fue aceptado igualmente.

Dicho pacto fue el siguiente: "Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo encuentre que debo irme, el señor me libera de mis obligaciones. Yo no quiero recibir mi salario.

Le pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. El día que yo salga. Usted me dará el dinero que yo haya ganado." Estando ambos de acuerdo. Aquel joven trabajó durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso. Después de veinte años se acerco a su patrón y le dijo: "Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa". El patrón le respondió: "Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, solo que antes quiero hacerte una propuesta, ¿está bien? Yo te doy tu dinero y tú te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta."

El pensó durante dos días, busco al patrón y le dijo: "QUIERO LOS TRES CONSEJOS" El patrón le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero". Y el empleado respondió: "Quiero los consejos".

El patrón entonces le aconsejo:


1. "NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. CAMINOS MÁS CORTOS Y DESCONOCIDOS TE PUEDEN COSTAR LA VIDA.

2. “NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, PUES LA CURIOSIDAD POR EL MAL PUEDE SER FATAL.

3. NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, PUES PUEDES ARREPENTIRTE DEMASIADO TARDE.

Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no era tan joven, así: "Aquí tienes tres panes, dos para comer durante en viaje y el tercero es para comer con tu esposa cuando llegues a tu casa".

El hombre entonces, siguió su camino de vuelta, de veinte años lejos de su casa y de su esposa que el tanto amaba. Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludó y le preguntó: "¿Para dónde vas?" El le respondió: "Voy para un camino muy distante que queda a más de veinte días de caminata por esta carretera". La persona le dijo entonces: "Joven, este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegarás en pocos días". El joven contento, comenzó a caminar por el atajo, cuando se acordó del primer consejo,
"Nunca tomes atajos en tu vida. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida"

Entonces se alejó de aquel atajo y volvió a seguir por el camino normal. Dos días después se enteró de otro viajero que había tomado el atajo, y lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su ropa. Ese atajo llevaba a una emboscada. Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera de la carretera. Era muy tarde en la noche y parecía que todos dormían, pero una mujer malencarada le abrió la puerta y lo atendió.


Como estaba tan cansado, tan solo le pagó la tarifa del día sin preguntar nada, y después de tomar un baño se acostó a dormir. De madrugada se levantó asustado al escuchar un grito aterrador. Se puso de pié de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito. Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo:
"Nunca seas curioso de aquello que represente el mal, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal".

Regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le pregunto si no había escuchado un grito y él le contestó que sí lo había escuchado. El dueño de la posada de le preguntó: ¿Y no sintió curiosidad? El le contestó que no. A lo que el dueño les respondió: Usted ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer maleante con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de qué está pasando, lo mata, lo entierra en el quintal, y luego se esfuma.


El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa. Después de muchos días y noches de caminata, ya al atardecer, vio entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa, caminó y vio entre los arbustos la silueta de su esposa. Estaba anocheciendo, pero alcanzó a ver que ella no estaba sola. Anduvo un poco más y vio que ella tenía en sus piernas a un hombre al que estaba acariciando los cabellos. Cuando vio aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiró profundo, apresuró sus pasos, cuando recordó el tercer consejo. "Nunca tomes decisiones en momentos de odio y dolor, pues puedes arrepentirte demasiado tarde"

Entonces se paró y reflexionó, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión. Al amanecer, ya con la cabeza fría, él se dijo: "No, no voy a matar a mi esposa. Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me acepte de vuelta."

Solo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fui fiel a ella."

Se dirigió a la puerta de la casa y tocó. Segundo más tarde, la esposa le abrió la puerta y lo reconoció. Colgándose de su cuello y lo abrazó afectuosamente. El trató de quitársela de encima, pero no lo consiguió. Entonces con lágrimas en los ojos le dice: "Yo te fui fiel y tú me traicionaste. Ella espantada le respondió: "¿Cómo? Yo nunca te traicioné, te esperé durante veinte años. El entonces le preguntó: ¿"Y quién era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde? Y ella le contestó: "Aque hombre es nuestro hijo". Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada. A día de hoy, él tiene veinte años.

Entonces el marido entró, conoció, abrazó a su hijo y les contó toda su historia, mientras su esposa preparaba la cena.

Una vez dispuesta aquella, se sentaron a comer el último pan, juntos.

Después de una oración de agradecimiento y con lagrimas de emoción, partió el pan y al abrirlo, en una bolsa, se encontró todo su dinero. El pago de sus veinte años de dedicación.

jueves, 15 de enero de 2009

LEYENDA DE LOS SENTIMIENTOS

Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.

Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:

-¿Jugamos al escondite?

La Intriga levantó la cara intrigada, y la Curiosidad sin poder contenerse preguntó: - ¿Al escondite? ¿Y qué es eso?

-Es un juego- explicó la Locura -en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego. El Entusiasmo se halló secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar.

La Verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué? Si al final siempre le fallaban. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que la molestaba era que la idea no había sido suya), y la Cobardía prefirió no arriesgarse...

Uno, dos, tres... comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: ¿que si un lago cristalino? ¡Ay, ideal para la Belleza!; ¿que si la rendija de un árbol? ¡Perfecto para la Timidez!; ¿que si el vuelo de una mariposa? ¡Lo mejor para la Voluptuosidad!; ¿que si una ráfaga de viento? ¡Magnífico para la Libertad! Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol;

El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... eso sí, sólo para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris!), y la Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes, el Olvido... ¡se me olvidó dónde se escondió!... pero no es lo más importante.

Cuando la Locura contaba 999.999; el Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores. -¡Un millón!- contó la Locura y comenzó a buscar.


La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la Pasión y al Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.

En un descuido encontró a la Envidia, y claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: el Talento entre la hierba fresca, la Angustia en una oscura cueva, la Mentira detrás del arco-iris... (¡mentira, si ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero solo el Amor no aparecía por ningún sitio.

La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas, y cuando estaba apunto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al Amor. La Locura no sabía qué hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra:

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE, SIEMPRE, LE ACOMPAÑA.


“¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?”

En cierta ocasión, se reunieron todos los dioses y diosas para decidir la creación del hombre y de la mujer; planearon hacerlos a su imagen y semejanza. Entonces uno de ellos dijo:

“Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, ¿pero qué les quitamos?”


Después de mucho pensar, uno de ellos dijo: “Ya sé, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren jamás”.

Propuso el primero: “Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo”. A lo que inmediatamente repuso otro: “No, recuerda que les dimos fuerza; alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está”.

Luego propuso otro: “Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar”. Y otro contestó: “No, recuerda que les dimos inteligencia; alguna vez alguien va construir una esquina por la que pueda entrar y bajar y entonces la encontrará”.

Uno más dijo: “Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra”. Y le dijeron: “No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros”.

El último de ellos, era un dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: “Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren”.


Todos se giraron asombrados y preguntaron al unísono: “¿Dónde?”. “La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán”. Todos estuvieron de acuerdo.

Desde entonces ha sido así: El hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo

Saquemos el mejor provecho a la vida... y…

¡¡¡SEAMOS FELICES!!!!

martes, 13 de enero de 2009

AMIGO















Ahora todo el mundo te llama amigo por algún suceso insignificante que haya sucedido entre los dos, pero olvidan que la amistad es más que el trato superficial entre "tú" y "nosotros" y que consiste en procurar siempre el bien del otro sin que a tI te importe secundar tus necesidades a las del ser querido.

El ser amigo de alguien es informarle sobre las cosas que hace mal, pero teniendo la suavidad y el trato de un príncipe, ayudarle si lo necesita y reconfortarlo si esos sucesos le hicieron daño.

El verdadero amigo demuestra con un elogio salido del corazón el orgullo que siente porque su otro amigo triunfe o simplemente se vea bien. Visto desde el ángulo frívolo, un amigo siente una suave atracción por el otro sin que esto signifique nada más que quererlo como es y aún así ayudarlo a ser una persona mejor cada día.

Un amigo no ve en ti la ropa que usas, ve las cualidades que vistes.
Un amigo nunca critica, sólo recomienda.
Un amigo te presume con orgullo, como si fueras para él la posesión más preciada.
Un verdadero amigo jamás te haría daño, ni aunque fuera "por tu propio bien". De hecho, preferiría morir antes que tocarte un solo cabello.
Un amigo te extraña, pero a la vez te siente cerca de sí.

Y lo más importante:

UN AMIGO JAMÁS TE TRAICIONA.

Nota: Quiero dedicar esta entrada a mi mejor AMIGO (Hoy es su cumple) No diré cuantos añitos hace la criatura pero si diré que coinciden con los que dura nuestra AMISTAD.

Por cierto, ya lo reflejaba al abrir este blog:

“Una amistad noble es una obra maestra a dúo”(Paul Bourget / 1852 -1935)

miércoles, 7 de enero de 2009

Viaje de Ulises.


Dicen que nada es casualidad. Y es cierto. Todo tiene su momento y lugar.
Tenía que ser AHORA y AQUÍ.

Cierto es que la idea de crear un rincón en la Red había estado rondando por mi cabeza hacía mucho tiempo. Pero a veces la falta de éste, otras no tener muy claro que exponer, hacían que los días y las noches se sucedieran hasta llegar al momento presente.

En este espacio, trataré de reflejar mis ideas, mis reflexiones, mis conocimientos.

Y te invito a que TÚ aportes los tuyos.

Para que nuestro viaje de regreso a nuestra "Ítaca" sea menos largo y tedioso.

No pretenderemos ser héroes, pero como aquél –Ulises– podremos reflejar nuestras dudas, inquietudes, alegrías y miserias.

Te animo a que te unas y juntos iniciemos ese Viaje de regreso.

Así pues…

Si te gusta leer, recomienda un libro.
Si te gusta escribir, comparte tu pensamiento.
Si te gusta reflexionar, reflexiona en voz alta.
Si te gusta observar, permite a los demás fijar la vista en lo que tú observas.
Si te gusta la Música, el Cine, la Historia, préstanos tus oídos, tus ojos, tu visión particular…

No cambiaremos el Mundo, ni lo pretenderemos, pero sí tendremos un rinconcito donde compartir todas esas cosas, que para algunos, puedan parecer pequeñas… Todo desde el máximo respeto, sin insultos, sin palabras mal sonantes…

Para inaugurar este espacio, unas citas:

- “Una amistad noble es una obra maestra a dúo”
(Paul Bourget / 1852 -1935)

- “Los que olvidan la Historia están condenados a repetirla”
(George Santayana / 1863 - 1952)

- En la vida hay que tener ilusión y no hacerte ilusiones”
(Iñaki Gabilondo / 1942 )

- “Antes de intentar arreglar el Mundo, da tres vueltas alrededor de tu casa”
(Proverbio Chino)

- “Para los buenos momentos, Gratitud. Para los malos momentos, Esperanza. Para cada día, ilusión. Y para siempre, FELICIDAD.” FELIZ AÑO