martes, 10 de febrero de 2009

EL CORAZÓN

Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que el poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.

Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto.

Coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aun, y con mayor fervor aseguro poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.

De pronto un anciano se acerco y dijo:"¿por qué dices eso si tu corazón no es tan hermoso como el mió?" Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que este estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y estos habían sido reemplazados por otros que no correspondían, pues se veían bordes y aristas en su derredor.

Es más había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió: ¿como puede el decir que su corazón es más hermoso? –pensaron...

El joven contemplo el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado se echo a reír.

-"Debes estar bromeando", dijo."Comparar tu corazón con el mío...el mío es perfecto en cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor".

-"Es cierto", dijo el anciano."Tu corazón luce perfecto pero yo nunca me involucraría contigo...Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregue todo mi amor.

Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos a los que he amado. Muchos a su vez me han obsequiado con un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedo abierto.

Como las piezas no eran iguales quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. Hubo oportunidades en las cuales entregue un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un trozo del suyo a cambio, de ahí quedaron huecos.

Dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día tal vez regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón."
-"¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acerco al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con el tapó la herida abierta del joven.

La pieza se amoldó pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto pero lucia mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.