sábado, 28 de febrero de 2009

EL CALIDOSCOPIO


En primer lugar, perdón por haberos abandonado durante estos días. Motivos -sobre todo laborales y educativos- me han impedido incluir nuevos textos a este rinconcito.

Sí, sí. Ya sé que han sido dos semanas...


Bueno decir que San Valentín cumplió sus expectativas pues un año más he tenido junto a mí, a "MI BRUJITA" (STK MX).


También los Carnavales han sido bastante divertidos. Ya os indicaré el enlace para que podaís reiros un poco con las fotos y el video de la noche vivida.


Pero vayamos a lo que nos interesa, que no es otro que el de intentar deleitaros con nuevas historias. Recordandoos que si queréis compartir vuestras historias, relatos, poesías y reflexiones tenéis una dirección de correo electrónico: miscelanea37@hotmail.com.


El cuento que os voy a relatar a continuación no es mío, lo encontré en un libro de cuentos que conservo de mi niñez y que hoy quiero compartir con vosotros. Y se titula "EL CALIDOSCOPIO":
Existía un hombre que a causa de una guerra en la que había peleado de joven, había perdido la vista. Este hombre, para poder subsistir y continuar con su vida, desarrolló una gran habilidad y destreza con sus manos, lo que le permitió destacarse como un estupendo artesano. Sin embargo, su trabajo no le permitía más que asegurarse el mínimo sustento, por lo que la pobreza era una constante en su vida y en la de su familia.

Cierta Navidad quiso obsequiarle algo a su hijo de cinco años, quien nunca había conocido más juguetes que los trastos del taller de su padre con los que fantaseaba reinos y aventuras.Su papá tuvo entonces la idea de fabricarle, con sus propias manos un hermoso calidoscopio como alguno que él supo poseer en su niñez. En secreto y por las noches fue recolectando piedras de diversos tipos que trituraba en decenas de partes, pedazos de espejos, vidrios, metales, maderitas, etc.
Al terminar la cena de Nochebuena pudo, finalmente imaginar a partir de la voz del pequeño, la sonrisa de su hijo al recibir el precioso regalo.El niño no cabía en sí de la dicha y la emoción que aquella increíble Navidad le había traído de las manos rugosas de su padre ciego, bajo las formas de aquel maravilloso juguete que él jamás había conocido...
Durante los días y las noches siguientes el niño fue a todos los sitios portando el preciado regalo, con él regresó a sus clases en la escuela del pueblo.
En los tiempos de recreo entre clase y clase, el niño exhibió y compartió henchido de orgullo su juguete con sus compañeros que se mostraban igual de fascinados con aquella maravilla y que pujaban por poner sus ojos en aquel lente y dirigirlo al sol...
Uno de aquellos pequeños, tal vez el mayor del grupo, finalmente se acercó al hijo del artesano y le preguntó con la ambiciosa intriga que solo un niño puede expresar: "Oye, que maravilloso calidoscopio te han regalado...¿dónde te lo compraron?, no he visto jamás nada igual en el pueblo..."
Y el niño, orgulloso de poder revelar aquella verdad emocionante desde su pequeño corazón, le contestó: "No, no me lo compraron en ningún sitio... me lo hizo mi papá"A lo que el otro pequeño replicó con cierta sorna y tono incrédulo: "¿Tu padre?... imposible... ¡¡¡si tu padre está ciego..!!!".
Nuestro pequeño amigo se quedó mirando a su compañero, y al cabo de una pausa de segundos, sonrió como solo un portador de verdades absolutas puede hacerlo, y le contestó:
"Si... mi papá esta ciego... pero solamente de los ojos... "SOLAMENTE DE LOS OJOS..."
El amor solo se puede ver con el corazón...
"LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS".

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